Es en el océano Pacífico donde se sitúa la enorme isla de plástico y otros desechos. Está claro que tenemos que cambiar y dirigirnos hacia un consumo más responsable y más ético, tal y como comentábamos el jueves en clase.
Hay gente que escapa de la vida consumista en la que estamos inmersos escapando a lo rural. Son muchos los que deciden repoblar pequeños pueblos abandonados, en busca de una forma diferente de vivir: más tranquila, silenciosa, ecológica, natural...
Una suerte de Beatus ille actual.
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